En el año 1979 comienza a gestarse la actual Coral Tuccitana. Sus primeros componentes fueron niños que cantaban en la misa dominical del Colegio a los que se unieron algunas personas mayores. Sus primeras actuaciones tuvieron lugar en las fiestas religiosas del pueblo. Al aumentar el número del primitivo grupo surgió la idea de montar un concierto para el público. Este tuvo lugar el 22 de noviembre de 1981, festividad de Santa Cecilia. El éxito fue grande; pero más que por la calidad lo fue porque aquellos cantos polifónicos vinieron a caer, como agua sobre tierra reseca, en unos oídos ya cansados de escuchar ritmos monótonos.Durante los primeros años se trabaja con verdadero esfuerzo e interés para ir incrementando el repertorio y hacer frente a las cada vez más frecuentes actuaciones. En agosto de 1985 se constituye oficialmente como "Agrupación Coral Tuccitana", quedando aprobados sus Estatutos. En ellos se recogen como fines básicos:
"El fomento de la convivencia de sus miembros".
"El cultivo de la música vocal y otras manifestaciones artísticas afines".
"El cultivo de la música vocal y otras manifestaciones artísticas afines".
La Agrupación Coral quedó legalmente constituida como grupo autónomo que elige su Junta Directiva, que decide por sí misma sus actividades musicales y que no depende de ningún organismo público ni privado para su financiación. Desde sus comienzos hasta la fecha viene siendo dirigida por los franciscanos José Caballero Puyana y Fernando Colodro Campos.
A pesar de su carácter autónomo, la Coral se siente fuertemente ligada al Colegio San Antonio, donde tiene su sede, donde realiza sus ensayos y donde actúa gustosa cuantas veces se necesita.
El fomento de la convivencia y relaciones humanas ha constituído el verdadero pilar sobre el que ha descansado la Coral durante sus quince años de existencia. El aspecto religioso no está ausente, a pesar de su carácter oficialmente aconfesional. Los dos religiosos que están al frente de ella han mantenido siempre una postura claramente liberal en este terreno, conscientes y respetuosos con la práctica religiosa de cada uno de los miembros. La celebraciones y convivencias religiosas han sido siempre libres, igual que las de carácter lúdico. Creemos que este aspecto ha ayudado mucho a la existencia de armonía en el grupo.
Dado el carácter no profesional de la Coral, el trabajo de aprendizaje es duro y repetitivo; a pesar de ello, la rapidez y seguridad con que se memorizan los cantos, dista mucho de la lentitud de los primeros años.
El amplio repertorio religioso viene exigido por las frecuentes intervenciones en las distintas fiestas religiosas tanto en Martos como fuera de él. Mayor en número es el repertorio profano para los conciertos que la Coral ha dado por casi todas las provincias andaluzas, especialmente la de Jaén. Mención especial hay que hacer del selecto repertorio de villancicos polifónicos que tan excelente acogida viene teniendo desde hace años en el público.
